Algo se está asando en la casa de al lado. El rastro oloroso me cautiva y provoca agradables sensaciones en el estómago. Me asemejo un poco a mi perro.
Muñecos rojos con mochilas a cuestas se encaraman por balcones y ventanas; luces intermitentes de colores provocan una decoración centelleante; la neblina lo medio cubre todo a veces, y la humedad se hace bien palpable; el aliento personal se solidifica y se muestra como señales de humo entre invisibles y diminutos indios que se envían mensajes de cordialidad de una tribu a otra…
Las calles están vacías y los árboles plagados de inquietos gorriones que se asustan de mis pasos y revolotean a otro árbol buscando seguridad.
El cielo cuando no está nublado se ofrece en su plenitud, con una limpia visión de su museo etéreo.
Y llega la NAVIDAD a mi pueblo.
Jesús llega de nuevo y su mensaje es sencillo y claro: AMOR.
JESÚS nace con los brazos abiertos esperando amigos y te invita a conocerle sin precio alguno. Y te quiere aunque tú no te acuerdes de él...
Jesusito de mi vida, tú eres niño como yo...
VPB
1 comentario:
Esos paseos en soledad, sin nadie a cinco metros, oliendo lecha quemada y sugerentes olores a comida, a dulces navideños...... es lo más bonito de estos días de frío. Me encanta esa soledad........ y esta mañana a 1 grado bajo cero paseaba junto al río....... ¿frío? Bueno, conforme vas andando el cuerpo se va acondicionando y no ha estado nada mal el paseo...
CB
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