Rechaza el recurso que interpuso la mercantil Proambiente contra la resolución de la Consejería que ordenaba la suspensión de la actividad, el sellado y la restauración ambiental de la zona
ISABEL LARA La consejería de Presidencia no ha cedido ni un ápice ante los alegatos presentados por Proambiente para evitar el cierre y el sellado del vertedero de Abanilla. La mercantil encargada de la gestión de la planta de basuras, propiedad del empresario Ángel Fenoll –imputado en el caso Brugal– , deberá acatar la resolución de la dirección general de Medio Ambiente que, con fecha de 28 de septiembre de 2011, ordenaba la suspensión de la actividad y la restauración ambiental de la zona, tras saberse que ya se ha desestimado el recurso de alzada interpuesto por la empresa.
A la empresa tampoco le ha surtido efecto otra petición realizada a la Consejería para que el vaso 3 pueda recibir más residuos. Según los documentos a los que ha tenido acceso este diario, Presidencia advierte de que «la medida de suspensión de actividades es la adecuada a los graves incumplimientos de la normativa ambiental» y que «en modo alguno, el vaso 3 cuenta con las preceptivas autorizaciones y evaluaciones».
Asimismo, la orden rechaza que la actividad del vaso sea «plenamente conforme con el Plan General de Ordenación Urbana de Abanilla», ya que, según un informe aportado el pasado día 3 por la consejería de Obras Públicas, «los terrenos tienen una superposición de calificaciones, donde prevalece la categoría de protección de hábitats naturales de interés comunitario».
Por otro lado, se especifica en un informe jurídico emitido por la dirección general de Medio Ambiente el pasado 22 de diciembre que «la mercantil ha realizado vertidos de residuos en distintas zonas, no solo en el vaso 3», y se advierte de la posible contaminación del suelo, las aguas subterráneas y la Sierra de Abanilla, catalogada como Lugar de Importancia Comunitaria.
Otros informes a los que se hace referencia en la orden revela graves incumplimientos en la normativa ambiental. Así, destacan que se han ejecutado vasos de vertido en zonas protegidas «sin impermeabilización ni recogida de lixiviados –líquido contaminante procedente de la degradación de los residuos sólidos urbanos– que potencialmente pueden causar efectos graves sobre el suelo y las aguas subterráneas»; que en la coronación del vaso 1-2 «se han depositado sin tratamiento 13.500 toneladas de residuos», teniendo en cuenta que estaba sellado, y que en otro vaso inicial, que también constaba como sellado, también se depositaron 10.800 toneladas de residuos sin tratar. En sus alegaciones, la mercantil señalaba que para la extracción de zahorra en varias de esas zonas disponía de licencia municipal y que sobre las mismas no se había producido vertido alguno.
Según la resolución de Presidencia, Proambiente, en sus alegaciones al cierre «no desmiente el informe técnico de los graves incumplimientos sobre la normativa ambiental», destacando que «toda su argumentación se centra en insistir en que los vasos 3 y 5 se encuentran en proceso de autorización», concretamente para la apertura del vaso 5 y para la ampliación de capacidad del 3, cuya actividad, según la empresa, «no afecta al medio ambiente ni supone ningún riesgo para la salud humana».
Proambiente ya ha presentado un proyecto preliminar para la restauración ambiental de la zona, que debe incluir los costes de mantenimiento y vigilancia ambiental del vertedero tras su clausura.
Daños casi irreparables
En su intervención en la Asamblea regional hace justo una semana para explicar la situación actual de la planta, el consejero Manuel Campos señaló que Proambiente cumple «escrupulosamente» con la orden de cierre dictada por un periodo no inferior a 30 años y que la Comunidad Autónoma «ha iniciado las actuaciones para impulsar la restauración ambiental en la Sierra de Abanilla».
De hecho, tal y como queda reflejado en la orden de Presidencia, el informe emitido por el Servicio de Información e Integración Ambiental sobre cómo pueden haber afectado los vertidos a la Red Natura 2000 en el LIC Sierra de Abanilla señala que la superficie afectada por la actividad del vertedero es de 63 hectáreas, de las cuales 44 estarían dentro del LIC y 40,78 poseían hábitats de interés comunitario. «Es prácticamente imposible devolver el terreno a sus condiciones anteriores», concluye.
http://www.laopiniondemurcia.es/municipios/2012/02/22/presidencia-reafirma-decision-cerrar-vertedero/387049.html
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