Los cazadores del ATARDECER
Empieza el calor sofocante anunciando una temporada de temperaturas extremas. Incluso en las horas más duras, unos animales alados faenan sin decanso por aquí y allá, Pero es cuando el sol anuncia su marcha y el termómetro se relaja unos cuantos grados, cuando comienza el estallido de vida de cientos de variedades de insectos alados.
Mosquitos, moscas, abejas, avispas, escarabajos, saltamontes, vuelan acá y allá siguiendo rastros químicos aéreos de sus congéneres que llaman su atención, buscando alimento, cambio de ubicación o simplemente pareja para reproducirse.
Un frenesí que no pasa desapercibido, día tras día, por algunos de los cazadores más veloces de nuestro aire. Bandadas de gorriones siguen expectantes a golondrinas y aviones tomando posiciones alrededor de las zonas de ataque, para aprovecharse de la confusión que siempre deparará algún rico bocado sin esfuerzo.
Con una velocidad impresionante las aves realizan las mil piruetas posibles demostrando sus grandes dotes para el vuelo acrobático. Igual realizan un picado, que piruetas o quiebros bruscos de dirección, tirabuzones y un frenado de la velocidad exquisito, que les proporciona el sustento a ellos y a sus polluelos que esperan el incesante ir y venir de los progenitores portando proteínas todavía vivas en sus pequeños picos.
29-5-2011
Si nos fijamos observaremos varios niveles de ataques en los que los cazadores con alas blancas y colas muy horquilladas (golondrinas) ocupan el estrato inferior. Si subimos un nivel podremos ver las figuras rechonchas de sus parientes de mayor tamaño, se trata de los aviones que con ruidosos gorjeos participan del banquete. Más arriba observamos a los Vencejos que ocupan junto a los aviones el estrato superior aéreo dando caza a su vez a insectos de mayor tamaño que prefieren alturas mayores. Aprovechan la confusión creada por los sonidos incesantes de aves y las aumentan con sus chillidos y sus vuelos que asemejan los aviones-caza militares. Su gran tamaño y su silueta estilizada mientras planean nos hace fácil distinguir a estas aves que pasan casi toda su vida volando.
Las aves se ecolocalizan mientras juegan suspendidas en trayectorias imposibles de calcular, como en un caos muy organizado que daría explicación a la famosa teoría de los fractales.
Y cientos de aves portan en sus picos a sus víctimas. En algún picado una golondrina consigue atrapar dos o más escarabajos. Un avión porta un gran saltamontes que con cuidado depositará en la boca de sus hambrientos y ruidosos polluelos, que esperan en su nido de barro, tras raudos vuelos para aprovechar los instantes de luz y la actividad generada por los insectos al atardecer.
Golondrinas, y Aviones conviven con nosotros en los nidos de nuestros aleros en terrazas y tejados.
Cuando los últimos rayos anuncian el fin del día aparecen los pequeños murciélagos que hambrientos, desean acabe el vuelo frenético de golondrinas, gorriones, vencejos y aviones para no ser molestados; ocupando un lugar en la cadena trófica cuya actividad vespertina anuncia las sombras…
VPB
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