VERTEDERO NO

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viernes, 2 de abril de 2010

RABANAL DEL CAMINO - CRUZ DE HIERRO - PONFERRADA.-

Ha sido una noche horrible en el muy concurrido Albergue.

Espera hoy una de las etapas reina en la peregrinación a Santiago:La subida y bajada del MONTE IRAGO.

Frugal Desayuno en el Albergue (no existen bares en Rabanal). Es de madrugada y camino con las primeras luces del alba, la carretera de ascensión, solitaria, es la mayor parte del tiempo el propio Camino, y se ve salpicada por infinidad de pequeños puntos andantes, que pausadamente, inician la ascensión del Puerto que hemos de coronar a mitad del recorrido de hoy.

Observo el pueblo a mis espaldas, que aparece fantasmagórico.

Los grandes bosques atravesados ayer, durante la Batalla del Viento, me llevan a recordar el tema de las antiguas brujas, como en NAVARRA. También aquí se celebraran Aquelarres.Pueblo misterioso...

Camino por una angosta senda, repleta de matorrales que la cruzan, y a los que tienes que apartar o soportar sus latigazos por las piernas.

Voy adelantando peregrinos solos o en grupúsculos de tres, cuatro personas, con una celeridad inusual, me encuentro radiante de fuerza.

Llevo un ritmo poderoso, constante, sorprendente a la vez que cansino, el cual mantengo hasta la llegada a FONCEBADÓN, pueblo fantasma en el puerto.

Continuando por MANJARÍN, donde un auténtico templario ofrece un tentempié, mezclado de mucha locura y algo de política local, que hace que la subida hasta LA CRUZ DE HIERRO, vaya amenizada simpáticamente por algo muy nuevo para mí: las Órdenes Religiosas en el S. XXI, ¡ Qué cosas!

Llego de los primeros a la Cruz de Ferro, a 1500 mts. de altura. Es costumbre de los Peregrinos buscar una piedra de tamaño considerable y echarla en la base de la cruz, para asentarla más. Se rememora así el pasaje de algunos gamberros que hace algunos años la derribaran.


Me recreo en las maravillosas vistas con la Cordillera Cantábrica a un lado y los Montes de León por otro, mientras empiezo a recordar que la noche fue horrible, sin pegar ojo y el cansancio comienza a hacer mella.

Es un esfuerzo agradecido porque la maravilla de las vistas de alrededor te compensa.

Bocanadas de una respiración extrema ante la ingestión de la pureza natural, me hacen estar pletórico.

El azul claro del cielo, el aire tan puro, el blanco de la nieve de las cumbres, ni un solo coche, los diferentes tonos de verde de los bosques de abetos y pinos, el sol dando en el matorral bajo, con unas flores lilas que pululan por toda las faldas de los montes hacen que goce de un espectáculo multicolor, a la vez que voy desfalleciendo. Decido echarme una siesta al sol de la mañana en la cumbre del Irago.

A lo lejos se ve Ponferrada, con sus grandes chimeneas de la central térmica de Endesa que me hace pensar que este contraste inmenso hace que todo sea posible, que todo pueda tirar para adelante aunque sean extremos opuestos, Naturaleza e Industria. Pienso en la tolerancia y en la libertad.

La bajada del puerto es descomunal, con precipios junto a la pequeña senda del camino.

Mi rodilla se ha ido inflamando por momentos y parece un balón. Cada paso de bajada empieza a ser un auténtico sufrimiento. Voy cojeando y cuando miro hacia abajo, al ver lo que me resta, me duele el alma.

Poco a poco llego a EL ACEBO, un pequeño oasis de civilización en las alturas. Es un pueblo viejo con fachadas de piedra, tejados de pizarra y balconadas volantes de madera donde 2 ó 3 bares de alta montaña ricamente ornamentados en madera y granito esperan al peregrino tras 17 kms sin civilización. Han pasado 6 horas.

Ingiero un descomunal bocata de cecina y medio de Acebo (atún con tomate rebozado por fuera con huevo frito que levanta a los muertos). Sólo 6 kms hasta MOLINASECA y no me queda un céntimo encima.

La bajada repentina y continua hace que siga siendo un calvario el llegar abajo.

Me encuentro de nuevo con MARTIN, el joven alemán con el que comparto la bajada, que es preciosa, por un camino de piedra-pizarra cuyas aristas están redondeadas por el paso de los caminantes peregrinos.

Tras 3 cuestas fortísimas y espléndidas un señor en un recodo del camino en una tienducha de plástico nos para y me dice:
- ¿qué le pasa a tu rodilla derecha?
(¿Cómo lo sabe? )
- Pues desde que vi tu gorra por el sendero de arriba antes de las cuestas sabía que venías sufriendo un fuerte dolor.
- Mire usted es que tengo los ligamentos tocados por un antiguo accidente...
- Lo sé
- Si vd. piensa que me puede ayudar le advierto que no me queda un céntimo.
- Es igual, pasa para acá.
(Decido seguirle el juego con todo el escepticismo del mundo, el cual manifiesto de nuevo)
tranquilo que saldrás con esta pierna mejor que la otra. Tu problema es que no pusieron del todo bien tus huesos cuando sufriste el accidente, pero no fue rotura, sino que los huesos se desplazaron...

(sorprendido e inquieto estoy tumbado en un colchón recubierto de plástico dentro del cobertizo hecho con ramas. Martin me acompaña curioso y fascinado. Comienza a manipular la rótula, músculos y fuertes apretones en la zona de la rodilla mientras mis grandes muestras de dolor intenso en algún punto le hacen tranquilizarme)
- Vas a salir queriendo correr...
- Oiga que tal vez lo que haga es empeorarme la rodilla...
- Relájate porque ya no te duele nada.

(fuertes masajes en los muslos hacia los lados y de arriba hacia abajo, suaves cuando baja hacia la pantorrilla, gemelos y espinillas y fuertes apretones de pulgar en los sitios abultados de la rodilla...Comienzo a sentir un gran alivio, le dejo continuar sus masajes laterales arriba y abajo. Un pensamiento de que Balbino, así se llama este hombre, ofrece sus conocimientos de articulaciones y ligamentos al caminante me ocupa la cabeza...¿pero porqué? No es por dinero).

- Estate quieto porque estamos haciendo que por muchos sitios vuelva a correr la sangre acumulada con fluidez.

(prosigue su masaje por la barriga y hasta el pecho, frotando ahora con mucha fruición, de manera que se siente el calor en sus manos
- ¿Lo notas? Este calor es el que te cura. Saldrás pensando que jamás te dolió.

Es cierto no me duele en absoluto.

Mueve mi rótula con movimientos espasmódicos que hacía 20 años que no podía realizar.

Estoy relajado, feliz y sin la mínima molestia.

Le pido a MARTIN un pequeño préstamo de 3 euros para BALBINO mientras nos despedimos entre miles de gracias.

- Mirate. Si te vieras... Te cambió hasta la cara... Continuad y bebe de la fuente que tienes ahí abajo... Adiós.

Salgo nuevo de allí, sorprendido, perplejo, estupefacto, aliviado, confundido pero muy contento mientras comentamos MARTIN y yo lo sucedido...

Él está tan sorprendido como yo porque había visto mi rodilla de balón y mi gran dificultad al caminar y ahora casi no me alcanza...

Siento ganas de correr, necesito pensar a fondo en el tema tranquilamente por la noche... La verdad es que se trata de una realidad muy Milagrosa.

Mientras tanto entre un panorama fantástico de bosque bajo llegamos a MOLINASECA, cuyo antiguo Puente Romano nos da la bienvenida permitiendo la entrada al pueblo.

En las riberas del río se bañan los niños como si de una playa se tratara. Disfrutando del soleado día.

Este es un pueblo plagado de bodegas, donde degustar sus caldos en cada una de ellas. La hermosura de sus calles medievales hacen que sea una tentación el quedarme ( tras 26 kms de subida y bajada), pero no tengo dinero y tras preguntar a 3 paisanos me indican que no hay cajeros en la población.

MARTIN exige el pago del préstamo de manera muy teutona, porque también era su último dinero y necesita ir al supermercado para cenar y preparar avíos para el día siguiente. Es un estudiante de ideas fijasss, cómo no.

Decidimos hacernos los 8 kms que nos separan de la ciudad dePONFERRADA. Atravesamos el Boeza y llegamos a un estupendo albergue construido por un matrimonio suizo sobre un antiguo cementerio, tras visitar el cajero automático.

Como es sábado no se perdona el ir al supermercado y tomar unas cañas para celebrar nuestras penurias.

En el albergue conocemos a INGRID, una guapa holandesa, que duda de acompañarnos a tomar las cervezas por la ciudad...

Le damos alivio a nuestros cuerpos tras la necesaria ducha y nos mezclamos con la juventud ponferradina.

Regresamos en zigzag al albergue.

A las 10.30 luces fuera y a dormir. Las habitaciones son de sólo de 4 personas.
!Qué lujazo!

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