28/4 PONFERRADA-CAMPONARAYA-FUENTES NUEVAS-CACABELOS-VILLAFRANCA DEL BIERZO- PEREJE.
Las habitaciones del Albergue son de 4 personas. De las que las ocupábamos sólo 2 roncaban. (No me acostumbro a dormir en literas y acompañado por felinos rugidores del Serengetti).
Desayuno incluido en el albergue de los franceses. Se observa una enorme afluencia de peregrinos. Algunos no lo son, pero se hacen pasar por tales y aprovechan para dormir barato.
Martin y yo emprendemos la marcha y nos volvemos a saludar con la holandesa Ingrid que camina en un grupo cosmopolita con americanos, canadienses y franceses que hacen estiramientos para iniciar la marcha.
Visita tempranera de la capital Templaria, mientras comentamos el milagro de Balbino del día anterior. Simplemente es increíble y alucinante. Tendrá un sentido lógico la recuperación, pero yo no se lo encuentro.
Ponferrada está presidida por un bien conservado castillo con torreones, almenas y puentes levadizos, junto a la iglesia de Sª María, Santiago, Ayuntamiento y Basílica-Colegiata. La atravesamos la ciudad fundada en la confluencia de los ríos Cua y Sil, principal afluente del gallego Miño, sobre el que se construyó el puente “Pons Ferrata” que da nombre a la nobiliaria ciudad, donde la riqueza se palpa. Capital de la región del Bierzo y con un privilegiado clima entre montañas de cumbres nevadas y cuencas de tres ríos.
El gitano portugués Nuno nos interpela solicitando dinero una vez más para desayunar. Su aspecto es muy desaliñado, su pelo le llega a la cintura y su bicicleta cargada de cachivaches manifiestan sus penurias. Le doy 3 euros y continuamos.
El paseo por el Sil desataca por su belleza y cuidados jardines. En la salida de la ciudad se encuentran dos pequeñas Iglesias románicas en el camino a Fuentes Nuevas y Camponaraya. Bonitos paisajes que parecen gallegos en esta fértil vega.
Llegamos a Cacabelos entre viñas con la sorpresa de que es la Feria del Vino en la región, famosa por la elaboración de sus caldos con denominación de origen “del Bierzo”. Varias casetas de diferentes bodegas ofrecen al visitante sus vinos por módicos precios con tapas incluidas, en forma de cooperativas asociadas para el fomento del nombre de la región vinícola.
Junto a la Iglesia de Santiago me hago una siesta de un par de horas sobre la hierba fresca y bajo altos abedules. Estoy un poco cansado. Martin decide proseguir a Villafranca del Bierzo.
Tras cortar las uñas de los pies siento un gran alivio ascendiendo y bajando suaves colinas que me acercan a la muy noble e importante ciudad, cuya Iglesia románica de Santiago le da la bienvenida al peregrino. Al lado se encuentra el imponente Castillo de los Condes de Villaramiro, cuyos propietarios me explica una señora, están viviendo en él. Más tarde me entero de que el Conde es un sobrino del compositor Hatte, Conde consorte, claro.
Camino por sus estrechas y empedradas calles donde proliferan los blasones heráldicos en las fachadas de las casonas, que le dan un aire más señorial si cabe. Me llego al puente sobre el río y la vista monumental de sus iglesias, y torres hace que me maraville extasiado en su contemplación.
Oigo el final de la Misa del peregrino en la Iglesia de Santiago y rezo llorando amargamente en el recuerdo de mi padre. Hoy es el aniversario de su muerte. Me sorprendo al ver en la salida al gitano portugués Nuno pidiendo limosna a las personas que salen de Misa. Se ha recogido el pelo en una larga coleta y me sonríe. Charlo un poco con él y me adelanta su gran aventura: viene desde Jerusalén en bicicleta...
He acabado mi jornada de hoy y me dirijo al albergue. Es enorme y está a rebosar. Martin me da la bienvenida mientras tiende sus prendas que acaba de lavar. También veo a INGRID y muchas caras conocidas. Pero la masificación me asusta, necesito descansar en paz y decido continuar a la vecina PEREJE, sólo 5 kms más. Me despido de todos y tomo unos gratificantes orujos mientras escribo estas líneas.
En PEREJE soy el 5º de 5 peregrinos que nos encontramos sólos. Aprovecho para lavar pantalones y demás prendas y me recreo limpiando el baño entero del Albergue. La amable hospitalera a la que llamé por telf., pues el albergue estaba cerrado, me dio su permiso para abrir la casa e instalarme. Me comentó que los otros 4 peregrinos estaban en el bar y me indicarían todo.
Me encuentro sólo a mis anchas, disfrutando de este lujo y comfort que proporciona elegir cama. No hay literas y tengo sillas y mesa donde escribir. Tendida exhaustiva de ropa. Las camas tienen un colchón de dimensiones normales. Un lujazo en medio del bosque en una pequeña aldea de apenas 10 casas...
Tras día y medio con el alemán MARTIN disfruto de nuevo de mi soledad, que tan buenos pensamientos me proporciona. Mi partida desde Logroño me da la impresión que se inició hace una eternidad. Y estoy en la frontera de León con Galicia. Y voy a acabar esta aventura... Santiago de Compostela... Parecía imposible... Pero aquí estoy y a dormir que es medianoche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario