VERTEDERO NO

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sábado, 6 de marzo de 2010

ASTORGA - VALDEVIEJAS - MURIAS DE RECHESBINDA - CASTRILLO DE LOS POLVAZARES - EL GANSO - RABANAL DEL CAMINO.-

Tras un pantagruélico desayuno, me preparo a visitar con minuciosidad la ciudad de ASTORGA. Fue edificada sobre un antiguo castro celta y antiguamente amurallada.

Eu impresionante y modernista Palacio Arzobispal de Gaudí, construido a finales del Siglo pasado, con sus manierismos y curvas, rompe la solemnidad del conjunto serio de Astorga. En el Palacio, la profusión interior y exterior de elementos arquitectónicos y decorativos hacen un conglomerado de belleza en su género, muy difícil de superar.

Casas edificadas sobre antiguas murallas, palacios y termas romanas. Conventos y murallas medievales.

Augusta ciudad romana, equiparable a MÉRIDA, ZARAGOZA, TARRAGONA Y LUGO con las que forma el quinteto principal en la Arqueología Romana española.

Existe una excursión subterránea por la Asturica romana, siguiendo las antiguas alcantarillas que es una delicia (información en Oficina de Turismo frente Palacio arzobispal).

La alta Catedral impresiona sobremanera por sus dimensiones, y por la profusión decorativa externa, con torres y fachadas barrocas sobre construcción gótica. Donde resaltan arbotantes, balaustradas superiores, pináculos, gárgolas y hornacinas con múltiples estatuas.

El gran campanario y las torres gemelas parecen amenazar al Cielo.

Junto a la catedral, un interesante Museo, y tres plazas consecutivas que nos llevan al Ayuntamiento, Museo Romano, Iglesia-Santuario de Fátima, Foros Romanos y Albergue de peregrinos.

Astorga guarda un bello conjunto arquitectónico donde realza la fantástica CONSIDERACIÓN CON SU ENTORNO.

La belleza de esta ciudad aumenta con sus mantecadas, hojaldres, botillos y cecina, y la gran animosidad de sus gentes en la venta de dichos productos.

Sorprende ver gente con abrigos al lado de personas en manga corta y minifaldas, sólo se explica por los cambios tan bruscos de temperatura que sufren aquí; hay que salir de casa como las cebollas, quitando capas durante el transcurso del día...

Un poco antes de medio día me dispongo a salir cuando llega mi casual y ya frecuente encuentro con MARTIN, el joven alemán, que llega exhausto a ASTORGA y con ganas de ir a un baño por lo visto.
- “echo de menoss bañosss públikoss”, me dice. (estos alemanes son únicos).

Le aconsejo sobre la conveniencia de visitar a menudo los “baresss públikosss”, donde proveerse de papel higiénico y poder depositar en paz de las cotidianas evacuaciones, por un simple café o refresco. Y se extraña. Le informo de todo lo necesario para conocer en esta ciudad y nos despedimos.

Calculo llegar sobre las 3 a un pequeño pueblo del que todo el mundo me ha hablado: CASTRILLO DE LOS POLVAZARES. Allí me dispongo a deglutir un interminable Cocido Maragato, regado por medio litro de vino del país y agua, unas especiales Natillas y carajillo de orujo casero. Para matar las sobras que queden en mi estómago de las grasas del cerdo colesteroloso ingiero otro orujo casero...

Salgo como puedo por la puerta de la venta donde pequé gravemente de gula y entro en la calle empedradade aquella manera...

El hambre me había impedido ver con detenimiento este maravilloso pueblo medieval, donde se rodara una conocida serie y que fuera lugar donde se desarrollara una novela de ¿CONCHA ESPINA?

Prosigo ya entre los Montes de León, por el pequeño pueblo de Santa Catalina de Somoza, donde la cercanía de las cumbres nevadas me hace bajar las mangas y disfrutar de los preciosos paisajes que me ofrece la comarca de la maragatería leonesa.

! LLEON SOLU! rezan carteles por doquier, "que non de Castilla". Ya se sabe...(aquí también hay Independentistas)

Porque aquí las campanas no dicen TAN, TAN, TAN, sino TAU, TAU, TAU, como me corrige la hermana de 4 años, del bebé al que hago notar la presencia de las mismas, y a la que, al prestar oído a su acento descubro una mezcla de galego, asturianu, y purtuguéss.

Llegando al Alto de la Colomba, me enfrento a una batalla en la que un fuerte viento me impide la prosecución y me invita a la pelea.

No declino la invitación y presentamos batalla nuestras huestes.

Procede que las primeras patrullas inicien una incursión de reconocimiento en el frente enemigo, adoptando sobre la vertical un ángulo de 45º.

La patrulla formada por gorra solapada, gafas de sol seguidas de nariz y cabeza, logra abrir hueco en los muros opositores, (viento casi huracanado), permitiendo al resto de las huestes, (mi cuerpo) atravesarlos en procesión, con éxito.

Pasa el resto de mi séquito: hombros, mochila, brazos pegados al cuerpo en posición aerodinámica, y por fin, piernas y botas.

La retaguardia no consigue pasar el cerco, quedando descolgada (eructos, gases y demás flatulencias causadas por el citado cocido maragato del Castrillo). Pero como consecuencia su cobarde espantada una fuerza nueva es generada y su empuje nos abre camino...

El sorprendente ataque por sorpresa consigue su objetivo, adentrándonos todos en el "aire enemigo". Me congratulo del éxito, yo mismo, conmigo...

Incluso cuando el opositor hace ademán de dejación, entre arrebatos de viento, oigo a mi retaguardia, ya muy descolgada, que solicita auxilio y compañía. Cobardes, llorones y muy gritones)

Pero nunca subestimes a tu enemigo.

Un cambio en su estrategia me hace deambular en zig-zag por el pedregoso camino, conminando a mis huestes a que hagan formación en cuña diagonal esquinada y picuda, para ofrecer mayor consistencia ante ese nuevo ataque. Con éxito de nuevo.

Dos batallas seguidas ganadas en el mismo día ante una guerra a la que no se le adivina fin...

Pero llegando al GANSO, interpelo al Apóstol, que al grito de "Santiago y Cierra España", de un certero golpe de espada celestial, consigue decapitar al jefe del agresivo e inmaterial enemigo.

Dejando a sus tropas, sin jefe. Indefensas.

Corriendo de lado a lado como en remolinos de desconsuelo y amargura, sin poder ofrecer ya el más mínimo temor.

Para celebrarlo (el fin del aire), paro en el pequeño bar, por llamarlo de alguna manera, a tomar unas Sidras y escribir estas líneas.

Quedan 7 Km. a RABANAL DEL CAMINO y son las 19.30 h y aún me queda la tachuela que supone el Monte Carballón.

Cada vez me noto más fuerte.

El caminar no se hace tan penoso. Se me endurecen las piernas, y sigo como decía JUAN PERRO "oyendo el sonido de mis propios pasos en la gravilla".

El camino es a veces polvoriento, otras asfaltado, acerado, con placas de piedra, embarrado, con hierba, tipo senda, empinado, pedregoso, duro o blando, pero siempre camino, o "caminou".

Así me estoy acostumbrando a llamarlo debido a la masiva afluencia de europeos de habla no castellana, con los que me he de comunicar.

Pasando el puerto llego a mi destino. Contemplando una puesta de sol digna de Dioses sobre las cumbres nevadas, a la vez que una redonda, plena y maravillosa luna llena que saluda y despide a su vez al rey astro.

Disfruto de estos momentos bajo el tronco inmenso de un nogal milenario, mientras espero la noche cerrada.

Sin una sola luz voy al encuentro del confluido albergue en Rabanal del Camino regentado por la amable Pilar.
¿De dónde eres? Estos alicantinos están locos. ¿de dónde vienes a estas horas? Dios mío! ¡Son las 10, iba a cerrar!

¿Cómo explicar esta maravillosa locura?:
No se explica. Se vive y ya está.

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