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jueves, 3 de junio de 2010

De la mata a la mesa. Eco de diarios locales

ORIHUELA
De la mata a la mesa, sin más
ROCÍO VALLE | ORIHUELA.

De esta forma se evitan los intermediarios que encarecen los productos y se consigue que éstos sean mucho más naturales.
Un nuevo comercio aboga por recoger la fruta y la verdura y venderla directamente al consumidor.

Manuel Sánchez: «Las verduras se tienen que plantar en su época de año y recogerlas cuando les toca»

El agricultor considera que la huerta de la Vega Baja está totalmente descuidada y necesita más atención

En el Raal y entre la Murada y Abanilla tiene Manuel Sánchez sus campos de cultivo, allí trabaja todos los días desde hace cuatro años. Su empleo como agricultor es una ocupación que defiende a ultranza y que realiza en una empresa constituida por dos socios. Con anterioridad, ellos mismos producían y vendían sus productos al por mayor para que luego llegasen a los consumidores, pero eso, ahora ha cambiado.

Hace unos veinte días, Manuel Sánchez decidió montar un pequeño establecimiento en Orihuela en el que vende sus productos que son recogidos por sus mismas manos de la planta y van directos a la tienda donde más tarde los pone a la venta.

Su día comienza alrededor de las seis y media de la mañana cuando acude a la huerta a recoger las hortalizas y verduras para abastecer su establecimiento. Cuando ha recolectado la cosecha necesaria, se dirige a la tienda donde atiende de forma muy amable a sus clientes.

A pesar de que sea un trabajo duro, puesto que a veces también tiene que hacerlo por las noches, por ejemplo cuando es necesario regar, opina que es «muy agradecido» porque la agricultura «es muy bonita dado que ves crecer las verduras que tú mismo has plantado y abonado», añade.

Todo ello lo realiza por tratar de que «el producto no se encarezca por pasar por muchas manos» y porque el agricultor «recibe una cantidad muy baja por su trabajo», explica. Además de esta forma se ofrece al cliente un género totalmente natural que va «desde la huerta, a la casa».

Sánchez manifiesta que sus verduras no son ecológicas porque en algunos casos fumiga en sus campos, en otros, como con los tomates, utiliza unas pastillas que llevan feromonas que atraen al macho de un insecto llamado tuta y éste cae en un recipiente que contiene agua y aceite, como no puede volar, los huevos de la hembra no se fecundan y se evita que haya una plaga, pero recalca «que son totalmente naturales».

El agricultor opina que las verduras y hortalizas se tienen que plantar en su época del año y recoger cuando «les toca» porque es así «como saben bien». Sánchez, como es entendido en el tema, conoce que el gusto de una fruta cambia totalmente cuando se trata de un producto transgénico y no es natural y confiesa que prefiere los primeros y que le gustaría conseguir «volver a lo de antes, que se venda lo natural».

Manuel Sánchez considera que la huerta de la Vega Baja «está totalmente descuidada» y que necesita más atención porque «es y será lo principal de la comarca». Añade que la huerta de esta zona es totalmente rica y «te puede dar todo lo que necesitas». Denuncia que el agricultor no está lo suficientemente protegido, porque no «hay nadie que «nos defienda». Además explica que se trata de un trabajo muy duro y que luego los precios «están por los suelos» lo que provoca que cada día haya menos agricultores, porque «por mucho que trabajes no hay rendimiento y la gente se cansa».

Por todas estas razones abrió su tienda y recibe a clientes todos los días como Josefina Lechuga que explica que le encantaría que le tocase la lotería para poder comprarse una casa de campo con una pequeña huerta para cosechar frutas y verduras y una vez recogidas llevarlas directamente a la mesa, y asevera «porque lo más bueno es lo natural», por eso valora tanto el trabajo que hace Manuel Sánchez todos los días y compra sus hortalizas.

En su tienda «que no pretende ser el llamado establecimiento de barrio», el agricultor tiene ordenadas todas las frutas y verduras que recoge de sus campos de cultivo, pero además cuenta con otra serie de productos entre los que se encuentra el pan que lo ofrece porque es cocido en horno de leña y hecho de forma tradicional. También sirve a sus clientes huevos que se los compra a un señor que cría a sus gallinas de «forma natural». Por último actualmente tiene magdalena y rollos caseros.

Más adelante Sánchez recibirá en su establecimiento productos ecológicos fabricados como la mermelada que le suministra otra empresa. Por último, el agricultor explica que su idea es seguir abriendo establecimientos de este tipo, en distintos lugares de la comarca «para poder vender lo que nosotros producimos», puesto que se considera un defensor del comercio tradicional «porque en los tiempos que vivimos todos tendemos a ello». Aún no sabe lo que ocurrirá en un futuro pero él, quiere conseguir que se defienda la huerta de la comarca.

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