VERTEDERO NO

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jueves, 3 de junio de 2010

Dicho popular: Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión.

Fiesta del Corpus Christi (Valencia)

La Fiesta del Corpus Christi (Valencia), ha sido y está considerada como la Festa Grossa ("Fiesta Grande") de la capital, desde el último tercio del siglo XIV hasta finales del siglo XIX.

Adquirió en esa época fama y renombre tanto las Rocas (carros monumentales que desfilan en la procesión) como la fiesta del Corpus Christi, que se extendió rápidamente tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.

Cuando en 1263 el Papa Urbano IV instituyó la fiesta del Corpus Christi mediante la bula Transiturus hoc mundo, ésta se extendió rápidamente por toda la cristiandad.
Desde el principio se celebra en Valencia una procesión para celebrar la fiesta, pero en un principio era de las llamadas claustrales, por celebrarse dentro de las Iglesias. Es el obispo de Valencia (1348 - 1356) Hugo de Fenollet quien el 4 de junio de 1355 promueve de acuerdo con el cabildo catedralicio, los jurados de la ciudad, el justicia y prohombres de Valencia, la creación de una procesión que recorriese las calles de la ciudad.

Al año siguiente, en 1356 ante el sitio de Valencia de Pedro el Cruel de Castilla, se suspendió la procesión (habiéndose celebrado sólo una) y se decidió que cada año se celebraría en una parroquia.
“general e solemnial processó sia feta, en la cual sien e vajen tots los clergues e religiosos e encara totes les gents de la dita ciutat” .
El pregón de esta primera procesión, donde se disponía tanto la procesión como su recorrido, con inicio en la Catedral, consta en el Manual del Consell, y fue dispuesto por los jurados el 8 de agosto de 1416. En el citado bando se pedía a los vecinos que adornasen sus casas, limpiaran las calles que se recorría y echaran hierbas aromáticas en homenaje al Santísimo.

Ya en 1372 siendo obispo el Cardenal Jaime de Aragón, nieto de Jaime II de Aragón y primo hermano de Pedro IV "El Ceremonioso", resurge y a partir de ese momento la festividad va tomando auge y solemnidad, añadiéndose la música de la época, bailes o danzas de las cuales hoy algunas aún perduran, y la participación de los gremios con sus banderas y llevando una vela de ocho onzas cada persona de cada gremio.

La majestuosidad y esplendor de la procesión llevó a que importantes personajes históricos la presenciaran en algún momento de su vida o pidieran que se representara para algún acontecimiento importante: así Blanca de Aragón en 1401 hizo que se repitiera, Martín el Humano y la reina Juana de Sicilia la presenciaron; Fernando de Antequera hizo que se representara en su coronación como rey de Aragón en Zaragoza, en 1414, en 1415 es el Papa Luna quien asiste a la misma, en 1427 Alfonso el Magnánimo, en 1466 la presencia el rey Juan II de Aragón, los Reyes Católicos en 1481, en 1501 la Reina Juana de Nápoles, en 1528 el emperador Carlos V, en enero de 1585 por Felipe II, en 1612 por el Rey Felipe III con motivo de sus bodas reales, el Príncipe de Angulema en 1815, Fernando VII en 1827, la reina Isabel II con el futuro Alfonso XII en 1858, en 1888 la presenció Alfonso XIII y de nuevo finalmente en el año 1893 con motivo del primer Congreso Eucarístico Nacional.

Hasta 1506 se celebraba la procesión por la mañana pero, en ese año se acordó que se hiciese por la tarde. Posteriormente Carlos II, en 1677, intentó cambiarlo nuevamente pero el Consistorio protestó y ese mismo año volvió a instaurarse por las tardes.

La participación de los gremios en la procesión fue constante hasta 1835. Tras la desamortización de Mendizábal en 1836, la supresión de muchas comunidades religiosas que participaban inició el declive de la procesión; si bien el vacío dejado por gremios y órdenes religiosas, lo llenaron las instituciones de beneficencia y caridad como el Real Colegio de Huérfanos de San Vicente Ferrer, la Casa de la Beneficencia, el Asilo de San Juan Bautista, etc.

Con la proclamación de la II República, la fiesta se limitó al interior de las iglesias, haciéndose así desde 1931 hasta 1935. Tras la guerra civil, los Ayuntamientos franquistas, hicieron caso omiso de esta tradición valenciana, recuperando solamente su parte religiosa, y quedando representada por "les Banderoles", "els Gegants i els Nanos", "els Cirialots", "los Apóstoles" y "los Evangelistas", y pocos personajes más.

Ya en la década de 1950 hasta 1960 un grupo de valencianos va recuperando personajes y se llega a la formación del Grupo de Mecha y a continuación de la Asociación Amics del Corpus de la Ciudad de Valencia, retomando el esplendor inicial de la Procesión del Corpus.

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