POR EL MAGREB. 5

Amanece en Chinguetti. He dormido sobre un camastro que me ha parecido una cama de Reyes, en una habitación ventilada donde los rayos solares entran por mi ventana y calientan mi rostro. Reflexiono sobre los temas importantes de la vida tras conocer a estas nuevas gentes que derrochan bondad para conmigo...

Esa mañana mi nuevo amigo me presenta a todos en su pueblo, al abogado terrateniente, al anciano alcalde, a los amigos de su edad, a su tío el carnicero, al imán. La llegada de la caravana y mi presencia son un gran motivo festivo. KARIM hace llamar a unos camelleros que le proveen del polen y celebramos una reunión amistosa en la casa del abogado. Té verde por medio, cachimba de hachís, fresas que portan regularmente unos sirvientes, carbones para la pipa y para mantener caliente el agua para el té. Compartimos la amistad, la energía positiva, en una singular fraternidad. 

En la hacienda del abogado hay un caballo. Uno a uno nos invita a montarlo dando un paseo por la finca, que se halla plantada de fresas. La parcela posee un pozo propio de agua que la hace ser la más rica del contorno. Reímos, comemos y fumamos. No entiendo absolutamente nada de los que dicen, pero a la vez lo comprendo todo. Y a ellos les ocurre lo mismo conmigo. El abogado chapurrea algo de francés al igual que yo. 

A medio día nos despedimos y el Abogado anuncia su invitación para quedar al atardecer para cenar esa noche en el humilde restaurante de otro familiar: Chuletas de cordero a la brasa, de bocado cada una, sin grasa. Un exquisito manjar acompañado de habas hervidas, aceitunas y berenjena. La velada se prolonga en una charla hasta entrada la media noche. Es LA HOSPITALIDAD EN SU MAYOR GRADO.

Al día siguiente me lleva a conocer a unos europeos que trabajaban en una ONG. Se trata de unos murcianos que han construído un hospital en la población. Son una pareja de cirujanos altruistas que poco a poco, con todo el esfuerzo del mundo, han conseguido reunir medios en España para su creación. Han conseguido desde entonces colaboradores y desde la apertura del Centro Sanitario, la práctica de la medicina ha hecho avanzar la media de vida de todos los habitantes en el lugar. En la actualidad proporciona servicio médico asistencial a varios cientos de kilómetros a la redonda. El equipo sanitario son muy respetados por todos los lugareños.

Los murcianos sin cobrar un duro, pasan temporadas ejerciendo su profesión, turnándose, fomentando el cariño a ese recóndito lugar por parte de otros compatriotas a los que conciencian a través de sus vivencias en los meses del año que vuelven a su tierra. Algunas personas han sido convencidas en España para ir comprando propiedades por allá o aportando dinero para la compra de maquinaria para el Hospital. El último envío dotó de una máquina de Rayos X al humilde centro, que se ve modernizado mes a mes.

En el Hospital conozco a LUISA. Es una comprometida y altruista colaboradora que pasa largas temporadas intermitentes en Chinguetti. Está exultante porque ha encontrado inversores para construir una vivienda comunitaria en el pueblo. (A esta gente habría que premiarla de alguna manera...) La murciana me pone al corriente de todo y me quedo el resto del día en su compañía amistosa hasta la puesta de sol.

Juntos caminamos a casa de KARIM oyendo nuestros sordos pasos sobre la arena de las calles.. Sus ojos chispean y la dirección de mi mirada es una nada más. No puedo dejar de observarla y escucharla. No sólo es guapa sino que posee una energía vital sorprendente. Educada, solidaria.. y soltera. Mi cara debe ser una sonrisa con ojos y nariz.

Llegamos a casa del mauritano y tras un té sentados en el suelo, alrededor del fuego, le anuncio que me ofrecen una habitación en la casa de los médicos; le explico a mi amigo que me quedo con ellos, que le estoy profundamente agradecido y que tengo intención de quedarme en su pueblo por un tiempo, abandonando la caravana y la idea de continuar en camello por las rutas milenarias del desierto. 

Karim con una gran sonrisa en su cara coge mi mano y comienza a hablar largo y tendido en árabe. Luisa entre risas me traduce:- Karim dice que sabía que podías ser un candidato a ayudar a otros españoles desde que te conoció en la caravana por el desierto. Sabía que te caerían muy bien el abogado y sus amigos de Chinguetti. Sabía de tu bondad y de tu incertidumbre por el futuro. Pensó que los españoles que trabajaban ya desde hace varios años en su pueblo te sorprenderían, y … dice que rezaba a ALÁ para que yo estuviera en Mautitania y no en España al regreso del convoy.. Dice que hacemos la pareja perfecta. Que a tí te hace falta una mujer. Echar raíces. Dejar de deambular conociendo todo. Y que a mí me hace falta un hombre.. de mi religión.. de mi cultura..

LUISA se sonroja mientras ríe y traduce. Yo tengo totalmente la cara encarnada y encantado de tener la amistad gratuita de ese ser que apretaba mi mano mientras me hablaba.

La sabiduría del mauritano me impresionó. Su educación más. Mi amistad hacia él y los suyos perdurará para más allá de los días que vivamos.

Luisa y yo salimos radiantes de la casa de KARIM. La noche era clara, la brisa susurraba y la fina arena se aposentaba sobre nuestros pies al caminar. Juntos de la mano nos fundimos en un apasionado beso observados por los destellos de la media luna..

Dos perros acostados panza arriba en medio de la calle desierta esperaban el turno para recibir nuestras caricias..

Todos deberíamos ir al SUR, la no ostentación de la riqueza hace florecer el amor, la bondad, el cariño, el respeto por los semejantes...

LUISA, JUAN, MANOLI y FUEN dilucidan los pormenores de cuál puede ser mi colaboración en el hospital si decidiera quedarme. Mi mirada ya les anuncia que no voy a rechazar tal ofrecimiento. La sensación por ahora me proporciona el mayor grado de satisfacción que nadie pueda tener en su vida: Ayudar a los demás y ayudarse uno a sí mismo.

Continuará...