M. L. MAS
En la zona de secano que hay en el límite de la provincia con Murcia, se extiende una vasta superficie dedicada al cultivo de almendras. A poca distancia de otros cultivos de regadío que se abastecen de las aguas del trasvase Tajo-Segura, estas tierras de secano sirven para que almendros y olivos crezcan sin necesitar más que el agua de lluvia. Aunque si no fuese por la subvención que este tipo de cosechas reciben de la Unión Europea, a través del Gobierno central y la Generalitat sería difícil que los productores de este fruto siguiesen adelante con su actividad. Según explica Enrique Martínez, agricultor de esta zona ubicada dentro de la pedanía oriolana de Torremendo, la venta de las almendras da para poco mas que para cubrir los gastos. El combustible, la maquinaria, los fertilizantes y la mano de obra se llevan la mayor parte de las ganacias que le reporta su cultivo.
"Los mayoristas pagan unos tres euros por kilo de pepita (la almendra sin cáscara)", detalla Martínez, quien añade que, en su caso, es su hijo quien trabaja las tierras cuando acaba su jornada laboral en otro empleo. Si no fuese por eso, "dejaría los árboles abandonados", ya que no sería rentable continuar con el negocio.
Las ayudas para el cultivo de almendra se acabarán en 2013, explicó el secretario general de la Unió de Llauradors, Juan Pastor, al tiempo que señaló que "todo apunta a que las subvenciones pasarán a ser pago único". "Luchamos para que la Generalitat y el Gobierno central sigan dando dinero a la almendra", indica Pastor. Según las cifras que maneja este colectivo, este año se producirán unas 7.000 toneladas de almendra en toda la Comunidad Valenciana.
Por su parte, el presidente de Jóvenes Agricultores-ASAJA, Eladio Aniorte, indica que las subvenciones están garantizadas hasta 2012 y que "se está negociando" la prórroga de las ayudas a este cultivo. "Si se acaban las subvenciones, se acaban los cultivos de frutos secos", añade, al tiempo que opinó que se llegará a un acuerdo.
Proceso
Martínez ha modernizado su producción, como otros agricultores de la zona. Si antes las almendras se recogían "a lona", ahora se utilizan máquinas que hasta separan la cáscara de la pepita en el mismo momento de la recolección. Antes de que la tecnología se adaptase a las necesidades de los productores de almendras, los frutos se recogían como las aceitunas. Es decir, se sacudían los árboles para que los frutos cayesen a una lona puesta bajo el almendro. Después se recogían del suelo y se pelaban a mano. De esta manera, se aprovechaban mejor las cosechas, puesto que era más difícil que se quedasen almendras sin recoger.
Posteriormente, se debe hacer el escandallo. Así se denomina al cálculo del peso de almendra en pepita según lo que pese la cáscara. "Si coges un kilo de frutos con cáscara y en pepita son 250 gramos, el resto de la cosecha se calcula en función de eso", explica Martínez.
Este agricultor cultiva la variedad "planeta", que se caracteriza por su dulzor. El destino final de sus almendras no lo conoce, ya que una cooperativa se encarga de vender el producto a otros mayoristas. Este año la recolecta se ha retrasado por las abundantes lluvias.
http://www.diarioinformacion.com/vega-baja/2010/08/31/eliminacion-ayudas-llevara-2-anos-extincion-almendra/1039879.html
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