BALTICUM y CARLA BRUNI

Bálticum es un emisario muradeño enviado por el gobierno autónomo del pueblo desde la clandestinidad. Su misión era solicitar apoyos del embajador español en Letonia, al ser ésta una de las 3 repúblicas bálticas que siempre estuvieron dominadas y ocupadas por extranjeros vecinos.

En países de educación impresionante, con una cultura magnífica que se observa en la calle, con conductas de higiene desconocidas en España ( no se ve un papel por el suelo, y sin embargo no se ven apenas papeleras), con una educación vial en la que prima el respeto, el peatón forma parte de la carretera y de las calles, y el ruido y la velocidad brillan por su ausencia.

Bálticum se empapaba de estos menesteres en su recorrido por ESTONIA y LITUANIA, aprendiendo sobre reciclaje, sobre fuentes de energía y materias primas novedosas, asistiendo a reuniones y disfrutando del norte europeo; y en consecuencia asistió a conciertos en la calle, exposiciones pictóricas, visitó múltiples museos y probó el agua del Mar Báltico, y para ello se trasladó a la ciudad balnearia de PARNU, donde conoció a CARLA BRUNI.

Ella estaba disfrutando de unos días de descanso en soledad en las cálidas y marrones aguas del Báltico, con sus playas limpias y casi desiertas, donde los paparazzi nunca pensarían que pudiera ir; y allí coincidió en el bus público con BALTICUM. La primera sonrisa fue un auténtico flechazo entre ambos y estar sentados juntos en el trolebús eléctrico producía una química que podía olerse. Se alojaban ambos en el mismo hotel boutique y la conversación relajada no se hizo esperar.

Bálticum la hacía partícipe de su misión, le hablaba durante horas de La Murada y ella escuchaba con su sonrisa sugerente y sus ojos de gato, con su sensualidad y delicadeza de artista, en silencio...
La educación y el respeto mutuo obviaba hacer mención siquiera del presidente Sarkozy, aunque la atención prestada era muy ilustrativa sobre su estado de ánimo como mujer.

Carla conocía bien los lugares y frecuentemente enviaba sus guardaespaldas de descanso, compraba en los super, usaba el transporte público y le cantaba susurrando a Bálticum en su oído melodías de Jazz. El pecado sobrevino y las tentaciones. Inflarse a caviar, degustar licores típicos también, frecuentar las típicas cervecerías y bailar ebrios en la oscuridad de las calles empedradas.. El Mar Báltico hizo el resto.

Carla ayudó a nuestro paisano y concertó entrevistas con los embajadores y cónsules en Tallin, Vilnius y Riga, asistiendo ella misma a la reuniòn con el embajador español en LETONIA, y ayudando a desplegar y sosteniendo el cartel de “MURADA PUEBLO YA” para el testimonio gráfico, consiguiendo el objetivo propuesto por Bálticum.

Prometiendo a nuestro paisano que le contaría las peripecias de nuestro pueblo, La Murada al mismísimo “Nico”, y que prometía posar para la futura campaña publicitaria del Turismo Rural en La Murada. Le decía que aprovechando algún verano en que el presidente francés venga a visitar algunos parientes suyos de Abanilla que en su día fueron emigrantes en BEZIERS quedaba comprometido un rabo de toro en el BAR ELOY y una tapica de pulpo en el MESÓN TONO.

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Fantástico documento, impresionante exclusiva que nuestro vecino Bálticum nos cuenta y documenta con fotografías. La mayoría muy comprometedoras para el matrimonio Sarkozy, que por respeto y voluntad expresa del muradeño no haremos públicas.

Buen trabajo, felicidades por los apoyos conseguidos a la independencia de LA MURADA, y que envidia nos has dado a todos picarónnnn...

Bravo por BALTICUM

Somos NM