VERTEDERO NO

VERTEDERO NO

domingo, 6 de marzo de 2011

Sonidos, fauna y flora en La Murada.

Paseos matinales por el campo. 6 Marzo 2011

Coco, co , co co,coroco..Las gallinas cacarean revoltosas ante las inquietas miradas de los pollos de corral. Gorjeos y trinos de pájaros silvestres se entremezclan pretendiendo ser oídos ante el revuelo. Un dócil perro cazador nos observa tras las rejas del corral.

Caminando por los caminos solitarios que forman el laberinto del campo muradeño un conejito de unos tres meses asustado se cruza ante mis pasos y se escabulle por debajo de la alambrada del huerto de naranjos. Mirlos negros vuelan entre los árboles cargados de fruta. Uno de ellos con la cola bien enhiesta es espectador cantante del estrés del conejo.

El silencio natural se deja oír, ora roto por el zumbido de las alas de insectos, ora por los trinos de las abubillas, ora por los propios pasos incesantes. La brisa se escucha entre las hojas de los pinos cuál instrumento más en la banda natural.

En La Murada abundan las balsas de riego, algunas motorizadas con un ronroneo que “ensucia el sonido campestre”. En una de ellas repleta de agua el cadáver de una tortuga adulta flota impasible a las pequeñas olas que lo hacen navegar en un pequeño océano finito de tres lados.

Una liebre sale despavorida dando enormes saltos entre las parras que parecen sin vida. Las voces de ocas y gansos suenan en la lejanía. Clan, clan, clan, clanc..Viven en otra balsa y son acompañadas por la visita intermitente de ánades y garcetas blancas con las que cuentan cotilleos de allende las rejas de la balsa. Los patos traen noticias de la costa, de los vertederos de basura tan habituales donde se encuentra comida fácil. A veces bandadas de molestas gaviotas ruidosas invaden su pequeño mar cercado.

Paso a paso entre olivos que acaban de ser escardados. Son ahora varios conejos los que aguantan hasta el final, encamados en los troncos de los arbustos, invisibles al ojo humano; pero el sonido de mis pasos desata la presión y sale cada uno en una dirección sin mirar atrás. !Sálvese quién pueda!

Una pequeña bandada de tordos que se alimentan de las últimas granadas y aceitunas parece haberse olvidado de viajar a otras tierras este año.

Los verderoles hacen banquetes con las florecillas silvestres que campan por todos lados. Sus trinos forman parte de la melodía de la Naturaleza. Las tutubías acompasan el sonido alzando su pequeña cresta curiosas tutubíuuu, tutubiu...y las cada vez más sociales pajaritas de las nieves agradan la vista del caminante con sus cortos y divertidos vuelos. Los petirrojos andan entre las púas de la palera que por ahora se ha librado de la cochinilla que las devora y mata. Chuí, Chuí..

En otra balsa una carpa de casi un metro emerge dejándose ver. !Qué curioso! Dan ganas de venir con la caña de pescar.. O mejor volver de vez en cuando a ver su desarrollo.. porque si hay una... Los gafarrones acompañan mis pasos en pequeños vuelos juntando grupos de tres o cuatro ejemplares. Vete de aquí, vete de aquí.. - me dicen.

Algún kilómetro más en soledad. Ahora son cuatro perdices las que escapan volando entre los olivos. Cháchara, cháchara. Aterrizan en un bancal cercano de alcachofas, diluyéndose entre el color de la tierra. La imagen sur del Pico del Agudo es testigo mudo.

Los brotes de las higueras van empezando a salir. La higuera brota buscando la vertical formando interesantes abrazos de sus ramas sobre sí mismas. Los nuevos brotes alcanzan un nivel parejo en cuanto a la altura, pareciendo una línea recta su techo a su observación desde la lejanía. Las verdes hojas destacan entre la aparente muerte de los árboles que en verano y otoño proveerán de dulces frutos a humanos y fauna campera.

Algunos granados negros y resecos miran como cadáveres las escenas portando entre sus ramas oscuras y secas granadas que son visitadas por mariposas de alas grandes de colores que parecen insuflarles vida y hacerles compañía hasta su nueva metamorfosis tras el letargo invernal.

Algunos huertos han sido fertilizados con estiércol proveniente de granjas de ganado. Un olor fertilizante envuelve el ambiente cercano, al que no hacen caso los escarabajos que intentan desmenuzar el guano haciéndolo trozos pequeños y creando pelotas con ellos que empujan rodando hasta su agujero.

Muchos almendros se visten de verde, algunos de ellos todavía no han perdido sus hojas blancas y rosas. Las pequeñas almendras brotan desde cada flor ocupando el espacio de su corola. Fruto, hoja y flor a la vez dan vida al dormido árbol que se conforma con tan poco, bebiendo si llueve y soportando calores y fríos en una paciente quietud campesina.

Una abubilla se arregla las plumas de su impresionante cresta blanquinegra posada en la rama de un algarrobo. Antes de su marcha sobresaltada me increpa, pu put...Las pequeñas algarrobas empiezan a tomar forma aunque con un color verde suave. Las hojas dek algarrobo siguen proporcionando la mejor sombra, que invita al descanso.

Un perro vociferante me muestra su enojo y su chulería en la defensa de sus dominios.

Un huerto de habas muy bien cuidado se halla junto a uno de coliflores. Algunas han sido cortadas para su venta, otras aparecen estar tiradas en medio de las grandes hojas, como esperando que alguien las recoja sin más. Su blanco fruto debe ser un banquete para toda la fauna. Me pregunto cómo consiguen que los conejos y liebres no accedan...

El frío del invierno deja su mella. Son muchas las plantas de alcachofas que están heladas por el frío. Hojas secas entre la vigorosidad de las sanas. Frutos mustios y grises entre el verdor de los supervivientes.

Las vides, las parras, hoy son lugares de reunión para encuentros de liebres, conejos ..y zorros que escarban sus madrigueras en la humedad de costones, márgenes y linderos de tablas de bancales. Las piezas tienen visibilidad diáfana que protege de los peligros de la predación.

Margaritas amarillas y moricandias violetas me dan la despedida decepcionado por no conocer más nombres de la flora silvestre de nuestro campo. Una pajarita de las nieves se pasea presumida ante mí, como captando mi atención para desviar el camino que me llevaría hacia su nido..


VPB

No hay comentarios: